Benedicto XVI en Jerusalén
José Steinsleger
Septiembre de 1944. Desde el seminario clandestino de Cracovia, Karol Wojtyla colabora con la resistencia polaca antinazi y, en las afueras de Munich, el adolescente Joseph Ratzinger sirve como ayudante de artillería del ejército alemán. Lejos de allí, en la colonia británica de Palestina, dos jóvenes judíos, Shimon Peres (1923) y Ariel Sharon (1928), luchan contra ingleses y árabes en las filas de Haganá (organización paramilitar sionista.
Llamados a realizar sus ideales religiosos, los cuatro jóvenes entrecruzaron y modelaron el mundo político de finales del siglo XX. Ratzinger (Benedicto XVI), enemigo declarado de la “teología de la liberación”, ocupó el trono de San Pedro a la muerte de Wojtyla (Juan Pablo II, 1978-2005).
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y con motivo de su peregrinación a “tierra santa”, cabe preguntarse qué busca Benedicto XVI: ¿estrechar “nexos entre católicos y judíos”, como asegura el deliberadamente confusionista aparato mediático occidental? ¿Llevar su solidaridad frente al lento y sostenido holocausto de los palestinos, que Israel ejecuta desde hace 62 años a ojos vistas de todo mundo? ¿Disuadir al nuevo gobierno de Tel Aviv de su explícita y mesiánica vocación genocida?
En Tel Aviv, el presidente Peres (rostro “amable” del genocidio israelí) dijo al pontífice: “En ti vemos a un promotor de la paz, un gran líder espiritual”. Y acto seguido, regaló al Papa una pequeña partícula de silicio en la cual, gracias a la nanotecnología, estaban inscriptas las 300 mil palabras hebreas de la Torah.
Como ex miembro de las Juventudes Hitlerianas (cosa de la que el prelado asegura haber sido “obligado”) y celoso vigilante de las corrientes más conservadoras del catolicismo, Benedicto XVI no ha sido muy delicado que digamos. Con respecto a los musulmanes, está alineado con la “islamofobia” reinante en Europa, en tanto que a los judíos resultó desconcertante la rehabilitación de cuatro obispos pertenecientes a la ultraconservadora Sociedad de San Pio X, negacionista del holocausto.
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En el museo Yad Vasehm, que conmemora a las víctimas de la “solución final”, el llamado Papa nazi, es recordado por haber negado el exterminio de los judíos...
La Jornada, 13 de mayo del 2009
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