Año de elecciones y el tema del aborto vuelve a surgir en la prensa. Supongo que para algunos resulte aburrido, como me han hecho sentir algunos lectores; sin embargo, es la elite política quien lo vuelve a colocar en la contienda. Por eso se entiende que hace unos días la fracción parlamentaria del PRI presentó en el Congreso de Puebla, con el aval del PAN y el Partido Nueva Alianza, una iniciativa de reforma a la Constitución estatal para impedir el aborto en la entidad, con el criterio de que el Estado debe defender al ser humano desde la concepción. Hay que subrayar que ninguno de los perredistas ni de los petistas firmó el anteproyecto. Trascendió que esta iniciativa se elaboró a partir de un cabildeo realizado por el nuevo arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, con el gobierno del estado que encabeza el priísta Mario Marín Torres, nada menos que el góber precioso; ¡qué se puede esperar! Así estarán satisfechos al lograr no sólo imponerle un hijo a las violadas, sino también deshacerse de muchas mujeres (como en Baja California, Morelos y Sonora) al obligarlas a dar a luz aun frente a un embarazo que ponga en peligro su vida: Dios mío, hazme viudo.
Nota de Gabriela rodríguez, La Jornada, 13 de marzo
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